Christian Colorado es de los pocos diseñadores del mundo, si no el único, que ha sido invitado tres veces a la Semana de la Moda de Nueva York sin tener que pagar por su pasarela, como hacen todos los demás. Este fenómeno de la moda masculina, made in Bosa, Bogotá, tiene una historia increíble que les hilamos en 7 puntadas.
Por Luisa Reyes, editora de El Observador
El 7 es su número de la suerte, por eso está reflejado en todas sus colecciones. Por ejemplo, en la que hizo para Nickelodeon en Colombiamoda 2017 se inspiró en Bob Esponja, su caricatura favorita que tiene 7 huecos en la cara. Cuando niño fue el encargado del vestuario de todas las barbies de la familia. Además, modificaba su ropa y, como nunca la tuvo fácil económicamente, en una época vendió unas chaquetas que, según él mismo, “eran horribles”. Su mamá se fue de la casa cuando él tenía apenas dos años. Cuando cumplió trece decidió buscarla y se encontró con una costurera, hija de costurera, hermana de costureras. Entonces entendió el porqué de su pasión. Estudió diseño de modas en el SENA. Todos lo admiraban por su talento y lo querían por su carisma, por eso, como no tenía suficientes recursos, sus compañeros y profesores le pagaban los materiales, el transporte, y hasta lo hospedaban en sus casas cuando no tenía con qué pagar el arriendo en Bosa.Es fanático de Britney Spears, tiene todos sus discos y gracias a ellos aprendió a hablar inglés. No es raro verlo con una camiseta de esa estrella del pop. Los Backstreet Boys y NSYNC también han sido gran inspiración para él.Tiene veintiséis tatuajes. De esos, diez son diamantes, uno por cada año que cumple sin tomar alcohol, un vicio que casi lo desvía del camino. El diamante número 7 está en su garganta. Hasta hace un par de años, Colorado no había puesto un pie fuera del país. Este año, por tercera vez consecutiva, se va a la Semana de la Moda de Nueva York a representar a Colombia como uno de los diseñadores más vanguardistas y prometedores del mundo. Sin embargo, no se le han subido los humos. Sigue siendo el mismo bacán de siempre que guarda calaveras para recordarse constantemente que todos somos humanos, y tan iguales que tenemos las horas contadas, por eso se empeña en aprovecharlas al máximo.
