Con otros ojos

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Por Andrés Wiesner
Director El Observador 

Hace 13 años comenzó el programa de artes Acompaña la Jugada. Y comenzó porque nos dimos cuenta de que algunos de los niños que asistían a los entrenamientos de fútbol de la Fundación Tiempo de Juego lo hacían solo por divertirse, por conocer a otros niños o en busca de un refrigerio, pero en realidad no les gustaba este deporte.

David Cetina fue uno de los primeros participantes de aquel programa de artes que, al igual que el de fútbol, buscaba que los niños y niñas de los altos de Cazucá aprovecharan su tiempo libre de manera productiva. Aunque David no podía hablar por un problema en sus cuerdas vocales, estoy casi seguro de que a él sí le gustaba el fútbol, pero también le gustaba pintar y leer con sus amigos. También estoy seguro de que asistía por el refrigerio.

A las 6:30 de la tarde del pasado 27 de diciembre de 2018, David fue asesinado en el barrio Julio Rincón de la Comuna 4 de Soacha. Contaba 19 años y una sonrisa que siempre lo acompañaba. Aunque nada de esto salió en los medios de comunicación, del móvil se sabe que fue una venganza entre bandas que buscan quedarse con el poder de los expendios de drogas y armas en Cazucá; que David poco o nada tenía que ver con el tema y que más bien querían hacerle daño a su hermano. Se sabe también que su asesino, de 14 años, le dijo: “salga a correr  David”, y luego le disparó dos veces por la espalda.  

………

Se cumplen 14 años desde que Tiempo de Juego empezó su trabajo en aquel sector, en la comuna 4 de Soacha. Un barrio creado por grupos de izquierda que comenzaban procesos de desmovilización y levantaron las primeras casas en los años 70. Dos décadas después, hacia los años 90, grupos de extrema derecha se asentaron en la zona para planear su ofensiva a Bogotá. 

Las consecuencias de este encuentro fortuito son el origen y la causa de su estigma. Son obvias las implicaciones. Sin embargo, y quizás con similitudes a lo que sucedió en Ruanda en la época de la amnistía, cuando víctimas y victimarios reiniciaron su vida habitando las mismas aldeas, poco a poco los habitantes de Cazucá fueron encontrando objetivos comunes y se vieron obligados a convivir y a dejar atrás las heridas del pasado. 

Me atrevería a afirmar que, en parte, fue a gracias a esto que la iniciativa de Tiempo de Juego fue bien recibida en la zona. Esas precarias escuelas de fútbol y arte no solo generaban en los niños y niñas una nueva manera de relacionarse, sino que permitieron a sus padres encontrar un escenario neutro en el que podían intercambiar ideas, recuperar algo de lo que habían dejado en sus regiones, sentir confianza por su vecino.

Colombia vivía entonces los peores años de la guerra, pero lo que pasaba en Tiempo de Juego enviaba algunos atisbos de esperanza. La comunidad se unió y nos guío para entre todos satisfacer las necesidades de sus hijos y tener de nuevo una oportunidad de soñar. De ser felices. 

Hoy, Colombia vuelve a vivir tiempos difíciles. Historias dolorosas e incomprensibles como la de David, más el rearme de algunos grupos, han comenzado a desvanecer las ilusiones que generó el proceso de paz. A esto se suma la innegable crisis mundial que ha generado el COVID19 que además, por causa del hambre y los fenómenos migratorios y de desplazamiento, pone una vez a Soacha al borde del abismo. 

Y aunque el dolor está presente en la Fundación por los sucesos recientes, sentimos que no es momento de tirar la toalla, ni de protestar ni de culpar a unos y otros. Estamos convencidos, por el contrario, de que es momento de ser más fuertes y creativos e intentar ser parte de la solución. De que debemos ser capaces de reescribir la historia de nuestros territorios y a través de nuevas narrativas generar espacios para recuperar la confianza.

Con ese propósito nace el portal web El Observador. Una iniciativa de jóvenes de Soacha y localidades del sur de Bogotá que, cansados del estigma, el señalamiento y la exclusión, quieren verse y pensarse diferente.

Participantes de las áreas de producción musical, producción audiovisual, publicidad y periodismo, cuatro de las actividades que ofrece hoy Acompaña La Jugada, son los protagonistas de esta plataforma. Ellos pretenden, sin desconocer la realidad, visibilizar el talento y las buenas noticias que suceden en las esquinas de sus barrios.

El Observador busca que estos jóvenes, guiados por reconocidos periodistas de nuestro país, encuentren en el periodismo digital y en las nuevas tecnologías un espacio para comenzar a construir su propia memoria. Un lugar donde a través de las letras, la imagen y la música se amplifiquen las buenas noticias, y logre así movilizarnos hacia a ese nuevo rumbo que todos estamos buscando. 

En nuestra primera edición, un especial de Diarios de la Pandemia al que invitamos a esas voces que parecen ser ignoradas cuando se escribe la historia para que nos contaran, desde lugares lejanos y casi que extraños entre sí, cómo se enfrentan a su día a día, cuáles son sus reflexiones y cómo sobrellevan esta pandemia que no le importa en dónde vivimos, cuánto tenemos, ni cuánto sabemos.

También, jóvenes del sur de Bogotá, Soacha, Magdalena y el sur del Cauca, algunos de ellos antes enemigos por dinámicas del conflicto social y armado de nuestro país y ahora colegas con un objetivo común, salieron a buscar las diferentes opciones que nos ofrece la cultura para empoderarnos y transformar positivamente a Colombia. 

Y esta primera edición también es dedicada a David, porque esta seguirá siendo nuestra manera de resarcir y protestar.

5 COMENTARIOS

  1. Recordar es vivir…y más aún cuando hice parte del nacimiento de este bello programa. Gracias por permitirme ser parte de ese programa de artes en ese momento. Los llevo en mi corazón TDJ.

  2. Felicidades Andrés, por la tarea que llevas a cabo. Deseo y espero un gran éxito en el desarrollo de tu Obra.
    Un fuerte abrazo.

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