i Radia tierra de oro

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i Radia la radio independiente del Norte del Cauca, es un espacio comunitario creado por mujeres afrocolombianas, urbanas, indígenas y campesinas que con sus voces dialogan sobre construcción de paz territorial.


Por Karen Alejandra Torres

Poco después de la llegada de un posible acuerdo de paz con el ELN entre 2016 y 2017 al Norte del Cauca, algunas mujeres de la región se juntaron a modo de coalición para discutir y organizar agendas políticas con contenido cultural, de cara a lo que pudiese significar una oportunidad de vida digna, dar vuelta de hoja a esa etapa de parálisis social y empezar a germinar un nuevo camino a través de la radio. 

Desde hace dos años, mujeres provenientes de organizaciones sociales se concentraron en el municipio de Santander de Quilichao, poniendo en marcha el resonar de sus ondas y proliferando voces independientes que por tanto tiempo habían sido invisibilizadas.  

El proyecto ponía el foco en la comunicación comunitaria y la educación para la paz, y cuestionaba también la economía del cuidado. Afortunadamente, sus labores diarias y múltiples responsabilidades no fueron impedimento para dar inicio al  vínculo entre sus intereses sociales y La Radio, como un espacio de descubrimientos más que un medio de información. 

i Radia, como decidieron bautizar la emisora, emprendió aquel viaje popular entre la palabra y la escucha constante. Lo que empezó como un taller de formación radial en el que participaron alrededor de treinta mujeres de diversas geografías, es hoy un proyecto colectivo abanderado por ocho mujeres feministas que se toman los micrófonos promoviendo el activismo y sus voces, que desembocan en el río Quilichao y traen consigo información y noticias de las vertientes de Puerto Tejada, Caloto y muchos otros territorios caucanos: urbanos, campesinos, indígenas y afrocolombianos, conectados por historias cargadas de sensibilidad. 

Esta es una propuesta de formación y producción radial que se hermana a la Corporación Ensayos, una Organización No Gubernamental que se enfoca en la participación y la promoción de una cultura política de mujeres y derechos humanos con perspectiva de género.  

Para Mayra Castillo, comunicadora de i Radia, esta iniciativa le ha dado la confianza para crear contenidos transformadores, “somos mujeres llevando la bandera, mujeres de todas las edades de diferentes lugares de la región, el espacio de i Radia es un producto diferente con contenidos exclusivos. Hace un año que ya hago parte del espacio y nunca me había sentido tan acogida en un lugar único para mujeres, porque somos nosotras quienes hablamos y damos nuestros puntos de vista”.

Mayra estudió comunicación social, se identifica como una mujer afrocolombiana del municipio de Puerto Tejada. Cuando Diana Figueroa, una de sus compañeras de i Radia, la invitó a ser parte del proyecto, sin pensarlo dos veces llegó al terminal de su pueblo para tomar el bus que la llevaría 27 kilómetros hacia el sur del Cauca, arribando en el estudio de i Radia en Santander de Quilichao. Llegaba puntual para que la planeación radial no se viera estropeada por ninguna situación y los tiempos de grabación fueran precisos. 

Organizar alguna entrevista, pensar el contenido de las cápsulas radiales para días como el 25 de noviembre o el 8 de marzo, enfrentar con fuerza violeta muchas de las situaciones de violencia de género o relacionadas con acciones bélicas y comunicarlo mediante la emisora a manera de denuncia pública a través de la radio: una forma orgánica de construir territorio desde su cooperatividad.

Esta experiencia radial que no para de crecer amplía la perspectiva de aquel estudio acogedor que se tiñe de solidaridad, para generar cualquier tipo de conversación coyuntural entre mujeres pluriétnicas y mujeres poderosas como Diana Figueroa, una mujer mestiza y feminista oriunda de Pasto, amante de las pedagogías para la primera infancia. “El hecho de alzar la voz y que otro te escuche es entrar en un universo narrativo que genera compañía. A los que nos gusta hacer radio nos gusta proyectar en nuestra voz ese acompañar, ese sentirnos juntos a pesar de que no lo estemos. Es darle el poder a la palabra, porque la palabra es movimiento, es presencia, la palabra viaja pero la palabra es y en esa dicotomía de ser, de estar y no estar, hay un juego que nos une, nos conecta como humanidad”. Afirma Figueroa. 

Y cómo no pensarlo así, cuando por estos tiempos de aislamiento continuo la radio se potencializa, se reinventa y resiste ante los diversos cambios por los que históricamente ha pasado.  

Nuevos formatos de producción, voces jóvenes y diversas, donde la no profesionalización de esta práctica comunicativa se viste de intereses genuinos bajo el principio básico de transparencia para poder difundir contenidos de alto impacto social y cultural. 

Actualmente i Radia aborda temas como la no militarización de la vida, literatura, derechos sexuales y reproductivos, música, juventudes, estereotipos de género, solo por mencionar algunos; pero aquí la cuestión es visibilizar y dar garantía a las voces de las mujeres que le apuestan a la paz territorial.

Estos territorios del norte del Cauca, además de ser un ejemplo de lucha social como consecuencia de las problemáticas heterogéneas y desiguales que los atraviesan, son un encanto misterioso. Como afirma Diana “Santander de Quilichao es un municipio con mucha diversidad, hay afros, indígenas, campesinos con toda la movida social, hay mucha cultura, grupos de música los que quieras, gastronómicamente es una riqueza impresionante, me siento viviendo en un lugar muy diverso, yo voy a una esquina y me encuentro con una persona hablando nasa, voy a otra esquina y me encuentro con una persona muy caleña, doblo la esquina y está una afro, muy hermosa, exuberante, eso me gusta muchísimo”.

Aunque el riesgo por el derecho a la libre expresión siga latente, las mujeres de i Radia tienen muy claro que la participación política en la esfera pública de este país puede costar la vida, por ello el cuidado mutuo y la adecuada transmisión de la información son pilares fundamentales en su apuesta popular. 

La chispa que el activismo social le otorga a las mujeres de esta emisora comunitaria permite dialogar entre diferentes colectividades de la región, resignificar los procesos locales y del sur para interpretar la realidad reportando la vulneración de los derechos humanos. Así sucedió en 2019 con la Minga Indígena del Cauca, mujeres de i Radia llegaron hasta la vía Panamericana para afirmar y contar desde otra perspectiva la situación que estaba sucediendo.

Aunque no han podido encontrarse desde la presencialidad, no hay barreras que les impidan estar en la jugada. La pandemia las hizo acercarse a nuevas tecnologías para no dejar desvanecer proyectos que hoy avanzan, como la creación de podcast y nuevas herramientas de difusión radiales. 

En definitiva, esta pandemia ha estado llena de reflexiones y la radio sí que fracturó el distanciamiento social habiendo tanto por decir. “I Radia se fortaleció en la pandemia, nos hizo producir programas a la loca, mujeres hablando sobre feminicidios nos contaban cómo estaban viviendo el aislamiento, comunicando las rutas de atención y hablando sobre violencia intrafamiliar. Lo que hicimos fue generar movilización, que era lo que se necesitaba. Estuvimos con programas de 100 oyentes, eso en otros tiempos nunca lo vimos” expresa Diana Figueroa.

La gran acogida que ha tenido el espacio radial posibilita nuevos aires para La Tierra de Oro, de esquina a esquina, desde la calle 20 de Puerto Tejada hasta el parque central en Santander de Quilichao, lleno de árboles sublimes que florecen todos los días y ondas sonoras que se sincronizan y se acompañan al compás de la diversidad radial. En palabras de Mayra, “conocer tantos procesos, tantas personas me ha aportado mucho conocimiento. La pandemia me hizo regresar a la escucha y la necesidad de hacer programas con diversas mujeres”. Así que por ahora hay i Radia para rato, con posturas radiofónicas emergiendo y nuevas sorpresas para la audiencia que ha estado muy conectada y a la que cada vez se ha ido sumando más gente, no solo en la región del norte del Cauca sino en varias partes del país.

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