Riqui Puig, una crónica para el futuro del Barca

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El taller de crónica futbolera “Más allá del gol de Yepes” buscaba, además de desarrollar técnicas de escritura y herramientas para analizar un jugador o un partido, desacralizar el fútbol de entretenimiento y mostrar que, más allá del marcador final, resultan valiosos el disfrute del fútbol, los gestos ocultos de los jugadores, las celebraciones íntimas de los técnicos, la ceremonia de los camerinos, las actuaciones de los protagonistas y antagonistas y por supuesto, el abrazo despersonalizado de la hinchada. El taller reunió sin quererlo a un niño de 11 años, a tres adolescentes bogotanos y a uno neoyorkino, y a un administrador deportivo de Soacha. Un grupo diverso y heterogéneo unido por el amor por la pelota.

Por Ganesh Mejia-Ospina
Edad: 16 años
Manhattan, NY
Team: Barcelona FC
Favorite players: Ricard Puig and Frenkie De Jong
Obstrucción: Un jugador


Empecé a seguir al Fútbol Club Barcelona a los siete años después del mundial del 2010, cuando me di cuenta que el hermoso fútbol de la selección española echaba raíces en Cataluña. El monstruo culé, dirigido por el gran Pep Guardiola, me cautivó con sus pases precisos y rápidos, enamorándome de casi todos los nombres que me cabían en mi pequeña cabeza de siete años. A Messi tocaba quererlo, Eso tiene menos misterio que odiar al Madrid, pero eran los tres centrocampistas mis jugadores preferidos, excluyendo por supuesto a la pulga extraterrestre. Busquets, jugando tranquilo y plácidamente en esa inolvidable ancla de líbero, conduciendo el balón de defensa a ataque. Xavi, con su retención tremenda y sus pases perfectos, de 6, orquestrando el partido al tiempo que se le venía en gana. Finalmente Iniesta, el mago, el bailarín. Jugando de 8 en el interior izquierdo, creando espacio con su perfecto dominio del balón. Estos tres jugadores son – y siempre van a ser- leyendas. Los tres son el molde ejemplar de un jugador del Barcelona; demostrando un fútbol total y teniendo un control casi perfecto del balón, con la inteligencia que lleva al gol. Hace poco hubiera dicho que desde que se fue el genio Pep no hemos fabricado jugadores de ese mismo calibre, que representen tan profundamente lo que es ser jugador del Barça. Afortunadamente me equivocaba: la llegada de Riqui Puig ha cambiado el futuro del Club. Él es mi nuevo héroe, mi esperanza para otra generación de centrocampistas geniales del equipo y la razón por la que quiero ser culé.

Yo describo a Riqui Puig como el pitufo culé. Verlo jugar es como ver una mancha pequeña azul y roja, que se mueve con velocidad sorprendente a través de un piso verde. Un defensa sin cuidado y ¡pum! Le cae el pitufo. No le tiene miedo a nadie. Si te quiere sacar, te saca, si se quiere defender, se defiende, y si quiere volar tras tu oreja con un gran esfuerzo de velocidad también lo puede hacer. Lo que le aporta al equipo veterano es frescura. Entra Puig e irradia un dinamismo contagioso, que parece rejuvenecer a los pobres viejos barrigones del primer equipo. Aunque tenga veinte años merece empezar, porque sin él los del Barça son lentos, y perezosos. Corre sin cesar, por todo el flanco izquierdo, iniciando jugadas, apagando fuegos, y poniendo presión al rival. Como diría mi abuela: “chiquito pero poderoso”. 

En Puig, viven las esperanzas de miles de culés, que esperamos tener otra revolución de La Masía; otro trío mágico como Busquets, Xavi, e Iniesta. Es una carga pesada y le va a costar. Pero es del Barça y con ese combo podrá superar cualquier desafío futbolístico.

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