sábado, mayo 18, 2024
- VIGILAR Y CASTIGAR: ¿ESTAMOS ESCUCHANDO A LOS JÓVENES? -

Esta entrevista es la síntesis de las posiciones que tres expertos tienen sobre la manera en que las drogas, la autoridad y la pandemia inciden en las vidas de los jóvenes. 

Entendiendo que sus miradas no son más que eso, miradas; listas para ser contrastadas y confrontadas, para ser interpeladas y revisitadas, porque en la discusión sobre las drogas, la autoridad, la juventud o la pandemia, nadie puede poner el punto final. 

¿Quiénes son los expertos entrevistados? 

Alejandro Peláez: Experto en justicia, seguridad y construcción de Estado, temas que ha trabajado  desde el Departamento Nacional de Planeación, la Dirección de Justicia, Seguridad y Gobierno; la Secretaría de Seguridad de la Alcaldía de Bogotá,  la Subsecretaria de Acceso a la Justicia y, ahora, como subdirector de Responsabilidad Penal Adolescente del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. 

Iván Torres Aranguren: Director de Responsabilidad Penal Adolescente de la Secretaría Distrital de Seguridad. Politólogo con más de veinte años de experiencia trabajando sobre juventud, sobre todo en contextos urbanos y, específicamente, en Bogotá.

Baz Dreisinger: Profesora de la Universidad de Nueva York y del Colegio John Jay de Justicia Criminal. Fundadora del programa Prisión a la Facultad y directora ejecutiva de Incarceration Nations Network. 

¿Cuál es la relación entre  las drogas y la  juventud?

Alejandro: A las mil reuniones que yo fui a los barrios, la queja es que en los parques hay jóvenes que están consumiendo x droga y están generando incomodidad en el sector Cuando uno habla con los jóvenes, es lo contrario: que no tenemos oportunidad para desarrollar nuestros proyectos, nuestra forma de ver, que los tienen estigmatizados.

En el Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente el consumo está prohibido, pero, paradójicamente, generalmente dentro de las instituciones hay consumo. Hay muchos consumiendo antidepresivos, por ejemplo. Y yo digo, el problema no es que estén consumiendo drogas, es que si están consumiendo antidepresivos hay unos problemas mentales muy graves.

Baz: Tratar las drogas como un asunto de justicia criminal, en vez de una problemática de salud pública, es un error, especialmente cuando se trata de jóvenes porque ellos y ellas no van a responder a ese tipo de estímulos. El abuso de sustancias no puede ser tratado como un castigo. Ninguna prisión va a hacer que el abuso se vaya. Es incluso posible que esto lo haga más común, porque te introducen en un contexto en el que esto es tremendamente normal. Nunca va a existir un mundo sin drogas. Entonces la pregunta es cómo reducir daños y riesgos y la guerra contra las drogas es, de hecho, la respuesta más destructiva al problema.

¿Qué opinan sobre esto que nos dijo un joven durante los talleres: “es más fácil encontrar drogas que un colegio para estudiar”? 

Iván: Si estamos hablando de chicos del sistema que son de estos sectores urbanos marginales,  en un sector como cazucá, ¿qué encontrás?,¿cuántos colegios públicos tiene cazucá? Eso lo saben las bandas y eso lo saben los combos y eso lo saben las estructuras armadas y ellos ofrecen lo que la sociedad no. 

Baz: Las personas jóvenes son vulnerables al abuso de sustancias, especialmente debido a la falta de oportunidades, alternativas para invertir el tiempo libre y contextos permeados por prácticas socioculturales que traen más dificultades. 

Cuando estás en una comunidad en la que sistemáticamente te son negadas oportunidades de conseguir trabajos normales o legales, pero al tiempo encuentras abrumadoras oportunidades en el tráfico de drogas, los jóvenes van a usar esas oportunidades, especialmente si son las únicas que tienen. Estamos creando condiciones en las que las y los jóvenes encuentran mucho más fácil el ser parte del tráfico de drogas que de otras actividades. 

Pienso que la palabra “trauma” es muy importante y a menudo no se tiene en cuenta. Pienso que tenemos que reconocer que, cuando creamos comunidades traumatizadas, los mecanismos de afrontamiento involucrarán crimen y drogas. He visto esto en todos los lugares en los que he estado. De este modo, adoptar el discurso de que el abuso de drogas se trata de control de sí mismo y toma de decisiones hace que pongamos toda la responsabilidad en los jóvenes de sobreponerse a esas circunstancias que les empujan a ese universo.

¿Cuáles son las relaciones entre los jóvenes y las figuras de autoridad? 

Alejandro: Hay una tendencia de los jóvenes a enfrentarse a la autoridad, para entenderse a ellos mismos y quiénes son, entender los límites de hasta dónde llegan ellos y hasta dónde llega el mundo. Una tendencia de preguntarse por qué esta gente tiene poder sobre mí y qué puedo hacer yo para tener mi poder. Tantear los límites.

Iván: Cuando tienen una visibilidad pública, los jóvenes en su mayoría están parados sobre estos imaginarios que plantea Rossana Reguillo: del pelao` problema, del pelao` que irrumpe porque es violento, del pelao` que irrumpe porque consume drogas, del pelao` que irrumpe porque rompe patrones culturales. Hay una cara de los otros jóvenes que están ligados al deporte, las artes, los temas ambientales, los temas de género, de derechos humanos, memoria, pero estos digamos que no logran la visibilidad de los primeros. Digamos que casi siempre cuando la sociedad se pregunta por los jóvenes, se pregunta por esas irrupciones contrahegemónicas. En general uno dice y escucha decir que si uno no es rebelde cuando tiene quince, dieciséis, diecisiete años, pues nunca lo va a ser porque casi que es un sinónimo de la juventud, la rebeldía.

¿Qué opinión tiene sobre la forma  en que algunos jóvenes califican a las autoridades de legítimas o ilegítimas, positivas o negativas, artificiales o verdaderas? 

Alejandro: Los jóvenes tienen razón en que la autoridad es ilegítima porque actúa de manera irracional, impredecible, injusta o corrupta, pues es difícil que los convenzan de que se comporten de cierta manera para tener una buena convivencia y una vida en comunidad. Pero también les falta reflexionar a los jóvenes, porque así se haga bajo otros estilos de autoridad, de amor y de respeto, por ejemplo, muchos igual actúan de forma incorrecta, violenta, agresiva, con todo el mundo. 

Iván: Yo digo que los pelaos en los órdenes en los que viven, digamos hay muchas cosas que se naturalizan y por eso no pueden ver el orden taxativo, violento que hay al interior de una barra, una banda, un combo fuerte. Allí se pliegan y  hay como de hacer fila: un día voy a ser el que está arriba y voy a ser el que manda, el que grita. Entonces,  ahí no lo controvierte, no lo sienten impositivo y demás. En los otros contextos por supuesto lo ven y lo resienten, porque muchos de ellos vienen escapando de eso ¿no? Muchos de ellos vienen escapando de maltratos en la casa, de faltas de comunicación, de ser y saberse hijos no deseados, no queridos, no acogidos. 

Adicionalmente,  somos una sociedad que piensa que con cárcel se resuelve todo, que la privación de libertad resuelve todo y que entre más malas sean las condiciones a las que están sometidas las personas en los centros privativos de libertad es mejor. Aunque sabemos en el fondo que los centros privativos de libertad no nos devuelven mejores seres humanos. 

Baz: Estamos fomentando un sistema en el que no hay figuras positivas de autoridad que puedan aproximarse y comunicarse con las personas jóvenes, por lo que el único acercamiento posible resultan las fuerzas de seguridad del Estado, el aprisionamiento y un régimen represivo. Esto se convierte en parte del ciclo que los empuja a la justicia criminal. Ellos y ellas no van a respetar estos tipos de autoridad

Creo que la prisión es dañina para cualquiera que entra en ella, ya sea una persona joven o un adulto. Sin embargo, cuando tu pones a un joven en prisión lo estás sometiendo a un nivel particular de daño que es peligroso, porque ellos son más vulnerables a los daños e influencias. 

¿Cómo ha cambiado la relación entre los jóvenes, las autoridades y las drogas a causa de la pandemia? 

Iván: En el caso del Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente, la pandemia durante muchos meses obligó a quitar las visitas y ¿qué es una visita para una persona en privación de libertad?, todo. La educación se volvió virtual y sus capacidades previas, sus hábitos de estudio, están bastante refundidos. Sin embargo, había pelaos que decían: “pues nosotros si estudiamos, yo me hice bachiller allá en el Redentor, pero si usted me pregunta qué sé pues…. muy poquito”. Entonces bueno, su derecho a una educación de calidad se ve menguado.

Alejandro: Cuando se redujeron las visitas, se redujo el consumo, porque las familias eran las que entraban la droga. Para algunas personas esto era bueno porque se redujo el consumo y había menos conflicto. Otra posición es que se redujo el consumo pero quedaron aislados de sus familias, de sus amigos, sin contacto físico de la gente que quieren, lo que les va a generar un daño mayor que el mismo el consumo. Depende de cómo se ponga la balanza: si a algunos le pesa más el daño emocional a costa de la reducción del consumo, o viceversa. 

¿Qué se puede hacer para transformar las relaciones que tienen estas juventudes con las autoridades y las drogas en algo más positivo? 

Alejandro: Construyendo relaciones con la autoridad que no estén basadas en el uso de la violencia, sino más de la razón y de las reglas claras. Hace falta un régimen de control que sea transparente y claro: que si pasa tal cosa, esta es  la consecuencia. 

Tratar esa ansiedad que sienten los jóvenes de otra manera: con deporte, que a veces es un sustituto a las  drogas o  un tema de salud mental, más psiquiatras, más terapias, suscripción de esas drogas cuando de verdad las requieran, de manera regulada, con alguien que los pueda guiar en eso si de verdad lo necesitan. 

Iván: Si la persona tiene un problema con las drogas, con el consumo de sustancias psicoactivas, si tiene un consumo problemático de sustancias y no atendemos a su necesidad sino solamente lo guardamos, pues cuando salga, allá dentro habrá aprendido a consumir mucho más. Yo digo que la mejor manera de enfrentar el delito es hacer prevención primaria, es decir, llevar Estado a los sectores populares urbanos. Nosotros podemos saber fácilmente con una cartografía de dónde vienen los adolescentes que llegan al sistema una vez, dos veces, cuatro veces ¿Por qué no se llega a esos contextos barriales con Estado de verdad? no con la policía, a llevar pata a los pelados, sino a llevar educación, a llevar cultura, a llevar deporte, a llevar vida. 

Baz: En realidad creo que se trata de encontrar figuras positivas, que puedan cambiar sus circunstancias. Cuando tienes un sistema que es represivo y se dirige como una máquina militar, poner en marcha algunas ideas progresivas no cambiará el comportamiento general del proceso. Por eso, incluso figuras de autoridad como los educadores están inclinadas a reproducir la autoridad que existe en todas partes: la policial…, incluso si están tratando de encontrar el mejor abordaje posible.